La ciudad de
Bayamo, Granma, volvió a estremecerse ayer, cuando en horas de la tarde-noche
recibía las cenizas de Iraís Serrano Serrano, procedente de La Habana, adonde
acudió al Neurológico, centro insigne de afecciones cerebrales en Cuba, para
tratarse una súbita e implacable enfermedad.
Ni las manos
diestras de expertos neurocirujanos en la materia ni los recursos puestos a su
disposición, pudieron impedir su fenecimiento, a las 6:00 p.m. del 5 de
diciembre, cuando estaba en plenitud de facultades. Su muerte deja una honda
tristeza en todos los que tuvieron el privilegio de conocerla.
Vivi cumplió
bien su obra en la vida, existió intensamente, estudió una carrera
universitaria, conoció el amor, concibió un hogar, fue excelente madre, hija,
hermana, abuela amantísima y trabajadora ejemplar.
Hoy sus
restos serán depositados en el panteón familiar de los Serranos, en la
necrópolis local.
Su familia
agradece infinitamente a quienes estuvieron al tanto de su proceso: a amigos,
familiares, vecinos, compañeros de trabajo y a la medicina cubana por no
escatimar recursos ni desvelos para salvarla, empeñados en que la vida de un
ser humano es lo más importante. A todos, muchas gracias.
Vivi, eterna
joven, descansa en paz, tu perdurarás en nuestros corazones por siempre.
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