Recientemente en el semanario La
Demajagua tuvimos una tarde sublime e irrepetible, en la
que las risas inundaron rostros, las bromas pulularon y, sobre todo, constituyó
un rotundo viaje a años precedentes porque restamos tiempo al calendario y
volvimos a ser los pequeños que fuimos.
Armandito, Leonardito, Joseíto, Luisito, Anaisita,
Gislanita, Elisita y Esperansita cumplieron años en enero, febrero y marzo, en
este festejo colectivo ellos estaban muy felices, solo hay que mirar las
imágenes.
Gorros, carteritas,
boticas, careticas, bastones, cake, pastelitos, caramelos, ensalada de
pollo, crema de Vie y refresco hicieron las delicias de estos grandotes.
Zeide, Giselle, Alina, Eugenio, Luis Carlos y
Yamiselis dejaron su impronta como reclamo pendiente por no celebrar sus
onomásticos en octubre de 2013, mes de más
nacimientos en este centro, faltó solo Iliana que se recuperaba de una
intervención quirúrgica.
El niño que llevamos dentro vibró y unió voluntades,
jornadas como estas nos hacen mejores personas. Lo pequeño resulta grandioso
cuando se hace desde el corazón.
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