No por
esperada dolió menos la noticia, Ha Muerto Fidel. Y es que a los
imprescindibles se les quiere desde el corazón.
Y, sin ser
familia, nos pasa como cuando estamos de duelo, nuestro corazón se compunge,
los días se tornan tristes, entonces reflexionamos, y, llegamos a concluir:
Siempre lo
recordaremos: en cada alborada, en el color verdeolivo, en el virtuosismo de
los talentos, en el desvelo de los científicos, en los avances técnicos, en el
tañer de una campana, en la incondicionalidad de un soldado, en las medallas
deportivas...
En la vista
apagada que recobra luz, en la graduación de un profesional, en la reparación
de una injusticia social, en las misiones médicas, en la rehabilitación de un
discapacitado, en el abrazo hermano, en la sencillez y la entrega,...
Y en tantos
e infinitos pedacitos cotidianos en los que nos dio lecciones para seguir
andando por este mundo con dignidad plena.
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